HISTORIOGRAFIA

ANFITEATRO DE AMMAIA*

Pese a los siglos de expolio sufridos a manos de los lugareños, el gobierno portugués inició la recuperación del yacimiento en 1990. Bajo la dirección de la Fundación Ammaia, los trabajos han continuado hasta el presente, sacando al descubierto el Foro, las termas y una cuidadosa planificación urbana en la que destaca el Cardo Máximo, calle que cruzaba de parte a parte la ciudad.

Tras años de excavaciones, el equipo se había hecho una buena idea del urbanismo de la ciudad, pero quedaba todavía la duda de si esta albergaba los edificios de espectáculos habituales en cada urbe romana (teatro, anfiteatro y circo), que deberían hallarse extramuros, pues no se habían hallado indicios de ellos en el interior de la población.

En busca del anfiteatro

Así, desde 2018, la Universidad de Lisboa y el Museo Nacional de Arte Romano, junto la Fundación de Estudios Romanos, han puesto en marcha un proyecto para encontrar los espacios lúdicos de la ciudad; un proyecto que contó asimismo con la financiación del Ministerio de Cultura y Deporte español, a través de las Ayudas a Proyectos Arqueológicos en el Exterior, y la colaboración de la Fundación Ammaia.

La zona noroeste parecía el lugar adecuado para la ubicación de este tipo de infraestructuras, tanto por la configuración del terreno como por su nombre: picadeiro (arena). La infructuosas indagaciones previas en el lugar no desanimaron a los arqueólogos, que se adentraron en la espesa maleza que cubría la zona.

Tras años de trabajos y desescombro al fin apareció el anfiteatro de Ammaia, el quinto encontrado hasta ahora en la antigua provincia romana de Lusitania. No se trataba de un edificio monumental de hormigón (opus caementicium) como los de Mérida y Conímbriga, sino uno construido con un sistema híbrido de mampostería y madera, similar a los ya conocidos en Bobadela (Oliveira do Hospital, Portugal) y Cáparra (Haza del Olivo). Era pues un edificio humilde, acorde con los escasos medios de una ciudad de provincias que no podía compararse con grandes capitales como Mérida o Tárraco.

El estudio geofísico del edificio permitió reconstruir virtualmente el aspecto que tendría el anfiteatro en época romana.

Foto: Michael Klein / 7reasons

 

El edificio fue construido en el siglo I de nuestra era y estuvo en funcionamiento hasta el siglo V, cuando el cierre de las puertas con muros de mampostería evidencia su tapiado y abandono. Ayer como hoy, la evolución de los gustos y las costumbres hizo caer en el olvido un tipo de espectáculos que en su día habían atraído a verdaderas multitudes de espectadores.

Texto extraido de. National geographic. 

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/descubierto-anfiteatro-romano-portugal_17780/amp

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