Es una reflexión teológica que comenzó en Iberoamérica después del Concilio Vaticano II y la Conferencia de Medellín (Colombia, 1968). Algunas de las ideas de la Teología de la Liberación son: la salvación cristiana no puede darse sin la liberación económica, política, social e ideológica, como signos visibles de la dignidad del ser humano; eliminar la pobreza, la explotación, las faltas de oportunidades e injusticias de este mundo; garantizar el acceso a la educación y la salud, y la liberación como toma de conciencia ante la realidad socioeconómica latinoamericana, entre otras.