La cera de abeja comercial con frecuencia está mezclada con ceras minerales*, como la parafina*.
Cera natural* producida por el sistema digestivo de la abeja común ("Apis mellifica"), que emplea para construir su panal. Su composición es muy variable: contiene, principalmente, ésteres* saturados, ácidos grasos, hidrocarburos* y otras sustancias como alcoholes*, polen, colorantes*, resinas y aromas. Es soluble en disolventes* clorados, hidrocarburos*, aceites* y en otros disolventes poco polares. Es insensible a los ácidos* y no se oxida con el aire. Se vuelve blanda y plástica en temperaturas bajas y esto permite modelarla fácilmente. Su punto de fusión varía entre los 62 y 65 ºC. La cera se ha empleado, por su maleabilidad, para fundir o modelar objetos, como velas, exvotos, sellos, figuras o bustos; como aglutinante* en algunas técnicas pictóricas (encáustica y barras de colores a la cera); como protector superficial contra la humedad en pinturas murales y otros objetos; y como constituyente de adhesivos* y consolidantes. La cera de la abeja se puede encontrar en el mercado como cera virgen* o como cera blanca*.