(355-337 a.C.) Rey de Macedonia. Era el hijo menor del rey Amintas III de Macedonia. Permaneció como rehén en Tebas donde recibió formación griega. La muerte de sus hermanos mayores le dio la oportunidad de ejercer de regente de su sobrino Amintas IV, para después, convertirse en el rey de hecho. Accedió al trono en un periodo de confusión y desorden en Macedonia. Una medida de garn trascendencia fue la relativa al ejército, al que dotó de un armamento modernizado y en el que realizó una amplia reforma. Durante su reinado se inició la expansión de Macedonia, que fue elevada a la primera potencia en la península balcánica. Su objetivo era el control completo del ámbito griego. Una de sus primeros objetivos fue conseguir una salida al mar. Anexionó Anfípolis y ocupó territorios tracios controlados por la "Liga Calcídica". Posteriormente anexionó Olinto, Potidea y Metona. Aprovechó la "Tercera Guerra Sagrada" (356-346 a.C.) para extender sus territorios sobre toda Tracia, la Calcídica y Tesalia. Filipo se enfrentó a las tropas de la Liga (Tebas y Atenas) en Queronea (338 a.C.) que se saldó con la victoria macedónica y su hegemonía en el mundo griego.