Forma de dinero (1)*, pieza generalmente de metal*, emitida por una autoridad pública y grabada con tipos* y leyendas* que certifican su valor legal; la marca* de la autoridad emisora* es, por tanto, la que define la moneda y garantiza su validez como dinero. Se utiliza como medio de pago en las transacciones legales y comerciales, como medida de valor y como reserva de riqueza. Actualmente tiende a adoptar el aspecto de un pequeño disco de metal con diseños estampados en sus caras*, aunque a lo largo de sus más de 2500 años de vida ha contado con diversas formas, materias, diseños y tamaños, según la época y el lugar de fabricación.
La moneda fue inventada en tres zonas distintas y sin relación entre sí: China, Lidia e India, si bien esta última se sumó pronto al modelo griego como consecuencia de su conquista por Alejandro Magno en 337 a.C. Las primeras monedas chinas surgieron en el siglo VI a.C., eran de cobre* y tenían forma de azada* y cuchillo, pues imitaban las herramientas que eran empleadas habitualmente como dinero. Por el contrario, la tradición monetaria occidental se originó en Lidia (Asia Menor, actual Turquía) en el siglo VII a.C., a partir de pequeños glóbulos de electro* acuñados con la técnica del cuadrado incuso*. Su uso se extendió rápidamente por toda Grecia y, de allí, pasó al resto del ámbito mediterráneo.
El término procede del latín moneta, sobrenombre de la diosa romana Juno Moneta, o "la que advierte", junto a cuyo templo se instaló, en 269 a.C., la ceca* de Roma. De este modo, el taller de moneda quedó bajo su protección, tomando también su nombre lo que allí se fabricaba.