En sentido lato, anillo luminoso que rodea un cuerpo astronómico; frecuentemente se lo confunde con la "aureola" o "nimbo", fenómeno bastante similar que usan a modo de tocado los santos y las divinidades. El halo es una ilusión puramente óptica, producida, como el arcoiris, por la humedad del aire; mientras que la aureola es conferida como signo de extraordinaria santidad, del mismo modo que la mitra de un obispo o la tiara del papa. En el cuadro La Natividad de Szedgkin, piadoso artista de Pesth, aparecen con el nimbo no sólo la Virgen y el Niño, sino un asno que come heno del pesebre sagrado y que, dicho sea en su perdurable honor, parece sobrellevar la insólita distinción con toda la gracia de un santo.