Los huesos* o cartílagos hioides se encuentran bajo la laringe de los mamíferos*. En realidad la terminología más apropiada para referirse a ellos sería la del aparato hioideo, un complejo esquelético en forma de herradura formado por el ensamblaje de pequeños cartílagos y, más concretamente, a uno de los componentes de ese dispositivo, el estilohioideo. Es un hueso plano y alargado cuya talla y forma varían en función de la especie, edad y sexo del animal. A lo largo de la Prehistoria se empleó como materia prima para la elaboración de objetos de adorno desde el Solutrense y alcanza su apogeo durante del Magdaleniense, sobre todo el Magdaleniense Medio, momento en el que se realizan los contornos o perfiles recortados que imitan cabezas de animales, generalmente caballo, pero también cabra, bovino, rebeco o pez*. Para su elaboración se utilizan normalmente los de caballo, pero también hioides de cérvidos y de bovinos.