Aunque es de origen orgánico, la perla convencionalmente se suele incluir entre las piedras preciosas* por su amplio uso en la joyería.
Concreción de diversos tamaños y formas producida por algunas especies de moluscos marinos y de agua dulce (bivalvos y, raramente, por gasterópodos), constituidas por el mismo material de la concha* (madreperla). Las perlas son el resultado de una reacción que tiene lugar ante cuerpos extraños que penetran entre la concha y el manto del bivalvo o gasterópodo o que incluso han llegado a penetrar en el interior del mismo manto. Su color blanco, su brillo y el hecho de que no haya que tallarla ni trabajarla hicieron de la perla una de las materias primas de la joyería desde la Antigüedad, aunque en Europa llegaron con más facilidad después de la conquista de Oriente por Alejandro Magno.