El culto a las imágenes fue restaurado en dos ocasiones: en el Segundo Concilio de Nicea (787) y, tras otro interludio iconoclasta, en el 843 por la emperatriz Teodora.
(717-820) Dinastía que sucede a la dinastía Heráclida*, iniciada por León III, Emperador de Oriente*, en la que comenzó el fenómeno iconoclasta. Se produjeron diversas y significativas reformas, sobre todo debidas a los dos primeros emperadores. Además de un nuevo código jurídico, la "Égloga", promulgado por León III, Emperador de Oriente se publicó la "Ley Rodia", un código que reguló la navegación y el comercio en el Mediterráneo a lo largo de todo el Imperio, el primero medieval en su género. Las campañas de Constantino V, Emperador de Oriente* marcaron el inicio de una recuperación territorial: se reafirmó el control en el Peloponeso y los Balcanes y se estabilizó la frontera con el Califato* en Asia Menor, aunque se perdieron otros territorios orientales. En Occidente los lombardos se hicieron con Rávena. La coronación de Carlomagno* en el 800 significó el fin del monopolio bizantino sobre el título imperial romano.