(1216-1272) Sucesor e hijo de Juan I, Rey de Inglaterra. Accedió al trono en minoría de edad. Su reinado destacó por la recuperación de la Carta Magna, que consiguió mantener contenta a la nobleza; con este documento se convertía a la nobleza en el cuerpo representativo de la comunidad del Reino. No obstante, su política, tanto interior, como en lo que respecta a sus relaciones con la iglesia, no fue hábil. Intentó imponer un autoritarismo, especialmente en la participación nobiliaria para la aportación en los impuestos. Por otro lado, se entregó en exceso a la voluntad del papa. Le sucedió su hijo, Eduardo I, Rey de Inglaterra*.