En la cronología basada en estilos cerámicos este periodo se corresponde con el Minoico Medio I-II.
(Ca. 2000 a.C.) Esta etapa coincide con la época de los primeros palacios y parte del periodo de esplendor o palacial. El palacio es la más notable manifestación de esta época. Estaba formado por una serie de edificios ordenados alrededor de un patio central, rectangular y porticado. Este edificio, de dos plantas, albergaba diferentes talleres, almacenes y estancias, así como espacios destinados a salón del trono. Durante este periodo se produjo un aumento de la población y se desarrollaron importantes centros urbanos, en relación con palacios o en algunos casos relativamente alejados. La influencia minoica se extenderá a toda la isla, incluida el área occidental. Hacia 1700 a.C., por razones que se desconocen, se destruyeron de forma sistemática todos los palacios para pasar a construir automáticamente otros nuevos, bajo los mismos esquemas arquitectónicos, pero de mayor suntuosidad y complejidad.