Claudio desarrolló una amplia actividad intelectual. Entre sus obras, compuestas en griego y latín, había libros de historia de Roma, etrusca, cartaginesa, obras filológicas y retóricas, además de una autobiografía.
(41-54) Emperador de la Dinastía Julio-Claudia*, sucesor de Calígula, Emperador de Roma*. Fue proclamado tras el asesinato de su antecesor por la guardia pretoriana y aceptado, tras debates y quizá reticencias, por el Senado. Hasta entonces apenas había desarrollado una actividad pública, condicionado por una debilidad física que fue interpretada como signo de discapacidad mental. Anexionó Britania, en cuya campaña él mismo participó brevemente, Mauritania, Licia y Tracia. Promovió el ascenso de individuos que no pertenecían al orden senatorial o ecuestre, en una administración cada vez más centralizada. En su actividad constructiva destacan las obras hidráulicas; construyó un nuevo puerto en Ostia para garantizar el suministro de cereal en Roma. La legislación y práctica jurídica fueron otros aspectos en los se centró el interés de Claudio. Su tercera y cuarta esposa, Mesalina (madre de su hijo Británico) y Agripina la Menor ejercieron una influencia inusual, figurando en inscripciones y monedas oficiales. Claudio designó sucesor al hijo de Agripina, el futuro Nerón*, en detrimento de su propio hijo. Según la versión clásica, fue envenenado con setas por Agripina, si bien algunos autores consideran que pudo morir por causas naturales.