La Dinastía I y II conforman la Época Tinita.
(Ca. 2890-2686 a.C.) Dinastía en la que las relaciones entre el Alto y el Bajo Egipto se deterioran, sobre todo al inicio de la fase, y se producen desórdenes políticos. Algunos reyes sólo fueron reconocidos en el Bajo Egipto, zona que al principio tuvo mayor importancia política y cultural. Los monarcas son poco conocidos, igual que se desconocen las causas del cambio dinástico. Algunos faraones se entierran, no en Abydos como sus predecesores, sino en Saqqara. Jasejemuy*, que reina hacia el 2686 a.C., logró reunir los dos países y unió en su nombre a Horus y Seth. A partir de ese momento, Horus fue considerado el protector del Bajo Egipto y Seth del Alto Egipto. Atendiendo al claro dominio de Horus, es evidente que fue el Bajo Egipto el que tuvo una mayor importancia desde entonces.