GRIMAL, P. (1989): Diccionario de mitología griega y romana. Barcelona: Paidós Ibérica.
(Μαινάδες). Las ménades —es decir, las «mujeres posesas»— son las bacantes divinas, que siguen a Dioniso. Son representadas desnudas o vestidas con ligeros velos, que apenas ocultan su desnudez; llevan coronas de hiedra, y en la mano un tirso, a veces un cántaro; o bien tocan la doble flauta o el tamboril entregándose a una violenta danza. Las ménades personifican los espíritus orgiásticos de la [[Naturaleza]]. En la [[leyenda]], las primeras ménades han sido las [[ninfa]]s que han criado al [[dios]] (v. Dioniso). Poseídas por éste, que les inspira una locura mística, yerran por el campo, extrayendo [[agua]] de las fuentes con la idea de que es [[miel]] o [[leche]]. Sus [[juego]]s son imitados por las bacantes humanas, las mujeres que se entregan al [[culto]] a Dioniso. Ejercen dominio sobre las fieras; por ejemplo, se las ve cabalgando [[pantera]]s o con lobeznos en brazos, etc. Las ménades desempeñan un papel en cierto número de [[leyenda]]s: las de Licurgo, Orfeo, Penteo, la de los Miniadas, etc. (GRIMAL 1989: 348).